The Lancet: Cinco medidas decisivas para transformar los sistemas de seguimiento de las enfermedades no transmisibles en Europa: “Lo que se mide, se prioriza”
Un nuevo documento de política sanitaria, publicado en The Lancet Regional Health – Europe, destaca las áreas clave para promover políticas basadas en datos con el fin de frenar la creciente carga de las enfermedades no transmisibles y sentar las bases para una asistencia sanitaria más eficaz y equitativa en Europa
Un nuevo documento de política sanitaria publicado en The Lancet Regional Health – Europe insta a tomar medidas decisivas para transformar la forma en que Europa supervisa las enfermedades no transmisibles (ENT). Elaborado colectivamente por la Acción Conjunta sobre Enfermedades Cardiovasculares y Diabetes (JACARDI), la Acción Conjunta para la Prevención de Enfermedades No Transmisibles (JA PreventNCD) y la Oficina Regional de la OMS para Europa (OMS/Europa), el documento establece cinco medidas prioritarias para reforzar los sistemas de vigilancia de la salud en toda la región, un paso esencial para frenar la creciente carga de las ENT y la salud mental y garantizar una atención sanitaria más eficaz y equitativa.
La publicación, titulada “Fortalecimiento de los sistemas de vigilancia de las enfermedades no transmisibles en Europa mediante un enfoque colaborativo entre múltiples partes interesadas: una prioridad clave para avanzar en la elaboración de políticas basadas en datos”, llega en un momento crítico tras la Cuarta Reunión de Alto Nivel de las Naciones Unidas sobre las ENT y la Salud Mental.
“Europa tiene una oportunidad única y la responsabilidad de volver a comprometerse con una gobernanza sanitaria basada en datos, con una inversión sostenida en sistemas resilientes de vigilancia de las ENT”, explican los autores de la publicación.
Dr. Bueno: "Los datos no son solo cifras, son la base para diseñar políticas que reduzcan desigualdades y mejoren la salud de toda la población”
El Dr. Héctor Bueno, uno de los autores del documento y líder del grupo de trabajo de JACARDI sobre disponibilidad y calidad de datos, subraya la importancia de coordinar y reforzar los sistemas de información sanitaria para poder conseguir una monitorización continua, sistemática y estandarizada que permita garantizar políticas más eficaces y equitativas. “Para avanzar en la lucha contra las ENT, necesitamos sistemas de información que sean sólidos, inclusivos y sostenibles. Los datos no son solo cifras, son la base para diseñar políticas que reduzcan desigualdades y mejoren la salud de toda la población”.
Asimismo, el también coordinador del Área de Investigación Cardiovascular del Instituto de Investigación i+12 y responsable del Grupo de Investigación Cardiovascular Multidisciplinar Traslacional del i+12 en el Hospital Universitario 12 de Octubre de Madrid; y líder de un grupo de investigación del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares (CNIC), insiste en que “es momento de invertir en sistemas de vigilancia robustos y colaborativos para que las decisiones sanitarias se basen en evidencia real y tengan un impacto duradero en la salud de las personas”.
Una llamada a la acción: cinco prioridades para 2025 y más allá
La publicación destaca cinco áreas críticas en las que es necesario actuar para que los sistemas de seguimiento sean más sólidos, justos y eficaces. En concreto, aboga por la recopilación de datos verdaderamente inclusivos y desglosados, de modo que las desigualdades sean visibles y puedan abordarse. Además, destaca la importancia de una gobernanza sólida, marcos jurídicos claros e inversiones a largo plazo para garantizar que los avances sean sostenibles.
Los autores sostienen que el seguimiento y monitorización también debe integrarse en la formulación de políticas en tiempo real, de modo que la información influya directamente en la responsabilidad y la toma de decisiones. Por otra parte, la sociedad, las comunidades, las personas con experiencia vivida y los grupos marginados deben tener una voz significativa en este proceso, asegurándose de que los datos reflejen las realidades vividas por las diferentes personas. Por último, el documento señala la necesidad de una colaboración más estrecha entre los distintos sectores, un mayor intercambio de conocimientos y un mayor desarrollo de capacidades para garantizar un impacto duradero.
El 80 % de las ENT se pueden prevenir mediante políticas de salud pública eficaces y mediante estrategias de detección precoz
“La lucha contra las ENT es una de las cinco prioridades del Segundo Programa de Trabajo Europeo de la OMS/Europa, elaborado conjuntamente con 53 Estados miembros y configurado a través de amplias consultas públicas, en las que han participado profesionales de la salud, personas que viven con ENT y la sociedad civil. La eficacia de las medidas contra estas enfermedades depende de la calidad de los datos. Europa puede dar ejemplo y mostrar enfoques colaborativos e inclusivos junto con las principales partes interesadas, incluidas las acciones conjuntas de la UE, como JACARDI y JA PreventNCD”, afirmó el Dr. Gundo Weiler, director de la División de Prevención y Promoción de la Salud de la Oficina Regional de la OMS para Europa.
El reto: la brecha entre los compromisos y la realidad
Se estima que el 80 % de las ENT se pueden prevenir mediante políticas de salud pública eficaces y mediante estrategias de detección precoz. Esta cifra pone de relieve la urgente necesidad de un cambio de paradigma, pasando de un modelo centrado en el diagnóstico y el tratamiento a otro basado en la prevención, la promoción de la salud y el cribado basado en la evidencia.
A pesar de los grandes esfuerzos realizados en el ámbito de los compromisos internacionales, los avances a nivel nacional han sido desiguales. Los sistemas de seguimiento siguen estando fragmentados, dependen en exceso de proyectos a corto plazo o se enfrentan a retos como una gobernanza limitada y una inversión insuficiente. Esto ha creado una brecha crítica entre los ambiciosos objetivos mundiales y su traducción en políticas nacionales viables.
El documento publicado identifica las persistentes lagunas de datos, las debilidades estructurales y las oportunidades de innovación. También insiste en que el seguimiento no consiste solo en recopilar datos, sino en garantizar que la información se utilice en tiempo real para impulsar la equidad y la reforma de las políticas.
Lecciones de Europa
Los autores subrayan que, con demasiada frecuencia, los esfuerzos de seguimiento de las ENT han sido puntuales, dependientes de financiación externa o impulsados por defensores individuales. Esto ha dado lugar a una cobertura desigual, a la falta de coherencia entre países y a lagunas persistentes en lo que respecta a la salud de los grupos que viven en situaciones vulnerables, como migrantes, minorías y personas con discapacidad.
Sin datos desglosados que reflejen las desigualdades, estas seguirán siendo invisibles y las políticas corren el riesgo de reforzar la exclusión. Por ello, los autores sostienen que la equidad debe estar en el centro de todos los esfuerzos de seguimiento futuros.
Dra. Armocida: “Debemos empezar a considerar los datos no solo como números, sino como reflejos de vidas y derechos humanos"
“Promover y generar datos más inclusivos es un imperativo moral y ético. Los datos deben desglosarse sistemáticamente por edad, sexo, género, geografía, situación socioeconómica, discapacidad, origen étnico y migratorio, para revelar las disparidades territoriales y permitir intervenciones basadas en el lugar”, explica la Dra. Benedetta Armocida, primera autora del estudio, miembro del Departamento de Enfermedades Cardiovasculares, Endocrino-Metabólicas y Envejecimiento del Istituto Superiore di Sanità-ISS, Roma (Italia) y coordinadora de JACARDI.
“Debemos empezar a considerar los datos no solo como números, sino como reflejos de vidas y derechos humanos: cada dato cuenta una historia, y los datos cobran verdadero poder cuando cambian narrativas, amplifican las voces de quienes a menudo son ignorados y exigen responsabilidades a los sistemas. Los datos deben observarse de forma crítica y traducirse en políticas que refuercen los sistemas sanitarios. Sin un seguimiento inclusivo, las desigualdades estructurales permanecen ocultas y los más vulnerables siguen siendo invisibles: un dato, una vida, una oportunidad perdida cada vez”, añade la Dra. Armocida.
Al mismo tiempo, los autores destacan las innovaciones exitosas y las buenas prácticas que surgen de proyectos como JACARDI y JA PreventNCD, lo que demuestra que es posible avanzar cuando los compromisos van acompañados de una gobernanza clara, una inversión adecuada y una colaboración intersectorial.
“En toda Europa ya vemos soluciones que funcionan. Las acciones conjuntas como JA PreventNCD y JACARDI ayudan a los países a armonizar métodos, compartir herramientas y aprender más rápidamente unos de otros. Así es como mejoramos la comparabilidad entre países y logramos que el seguimiento sea más útil para la prevención y la promoción de la salud, mostrando de forma más clara dónde persisten las desigualdades”, afirma el profesor Knut-Inge Klepp, del Instituto Noruego de Salud Pública de Oslo y coordinador científico de JA PreventNCD.
Aun así, Klepp insiste en que “debemos considerar el seguimiento como una infraestructura básica, no como una tarea adicional. Requiere una financiación estable, una gobernanza clara y la capacidad de producir datos oportunos e inclusivos. Si el seguimiento depende de proyectos a corto plazo o de defensores individuales, seguirá siendo desigual. Si se institucionaliza, puede orientar las prioridades y ayudar a mantener los avances a largo plazo”.
En definitiva, Europa tiene tanto la responsabilidad como la oportunidad de liderar la creación de sistemas de información sanitaria más sólidos e inclusivos que puedan servir de referencia mundial. Llevarlo a cabo será fundamental no solo para reducir en un tercio la mortalidad prematura por ENT para 2030, sino también para garantizar la equidad y la resiliencia en materia de salud ante los retos futuros. “Porque lo que se mide se prioriza. Lo que se desglosa se aborda. Y lo que se institucionaliza se puede mantener”, concluyen los autores.
Benedetta Armocida, Hanna Tolonen, Ivo Rakovac, Beatrice Formenti, Jill Farrington, Allison Ekberg, Hector Bueno, Giovanni Capelli, Silvia Francisci, Morten S. Frydensberg, Ane Fullaondo, Linda Granlund, Yhasmine Hamu Azcarate, Torben F. Hansen, Emil Høstrup, Tomi Mäki-Opas, Luigi Palmieri, Markku Peltonen, Valentina Possenti, Marco Silano, Gundo Weiler, Kremlin Wickramasinghe, Edwin Wouters, Knut-Inge Klepp, Graziano Onder, Gauden Galea, Strengthening non-communicable diseases monitoring systems in Europe through a multistakeholder collaborative approach: a key priority for advancing data-driven policymaking, The Lancet Regional Health - Europe, Volume 61, 2026, 101553, ISSN 2666-7762, https://doi.org/10.1016/j.lanepe.2025.101553











